Todos los hogares cuentan con, al menos, un sacacorchos en casa. Todos conocemos este instrumento, pero no su historia, no sus comienzos.
En torno al siglo XVIII, ante la implantación del corcho como instrumento de cierre para las botellas, surgieron los sacacorchos.
Por entonces, las botellas y vasijas se cerraban con telas y tacos de madera, un método bastante complejo y rudimentario. Fue entonces, y según cuenta la leyenda, cuando el monje Dom Pierre Perignon, artificie del famoso Champagne, descubrió en uno de sus viajes de peregrinación a Santiago este nuevo método de cierre, más seguro y conveniente. Lo que hizo que también fuera necesario encontrar un nuevo sistema de apertura más cómodo y rápido.
Aunque esta teoría esté muy difundida, las primeras referencias a un sacacorchos llegan desde Inglaterra, no Francia.
Con el paso de los años, el sacacorchos se fue perfeccionando. Pero no fue hasta el siglo XVIII cuando se enmarca la primera patente, por Samuel Henshall. Quien le aporta su característica forma de “T”, al añadirle un asa de madera.
Desde ese momento, no ha dejado de comercializarse en múltiples modelos. Algunos de ellos son:
- EL DE 2 TIEMPOS: (Foto Ferratus) patente de Kark Wienke, Como su nombre indica hacen falta dos pasos de apoyo para poder abrir la botella de una forma sencilla. Es el más frecuente por profesionales por su fácil uso y precisión.
- DE ALAS: Su diseño nos permite abrir una botella sin necesidad de tener mucha habilidad ni fuerza y es el más común en los hogares. La primera creada por Dominick Rosati, mientras la segunda es su versión española, fue creada y mejorada por el ingeniero vasco David Olañeta 1932
- DE ROSCA: Su uso es muy sencillo, ya que solamente deberemos girar la pieza superior en la misma dirección hasta que el corcho salga de la botella.
- ELÉCTRICO: No requiere ni habilidad ni fuerza al ser eléctrico. Sólo hay que colocarlo en el cuello de la botella y accionarlo hasta que el corcho esté fuera de la botella.
- DE PALANCA: Hay que colocarlo alrededor del cuello de la botella y accionar la palanca hacia abajo para introducir la espiral y hacia arriba para sacar el corcho.
- DE AIRE COMPRIMIDO: Su mecanismo consiste en la inyección de un aguja a través del corcho y bombear para introducir aire hasta que el corcho salga de la botella. No se recomienda mucho ya que puede remover sedimentos y/o alterar el vino al introducir el aire.
- SACACORCHOS DE LÁMINAS, Utiliza unas láminas duras que se introducen entre el cuello y corcho de la botella, sin perforarlo, se gira para separar todo el corcho de la botella y luego se extrae. Ideal para vinos antiguos de más de 20 años pues sus corchos pueden romperse o quedarse pegados al vidrio. Requiere de cierta maña y fuerza para extraerlo sin que se rompa.
Hoy en día, el famoso sacacorchos sigue cambiando, con nuevos modelos e ideas que se adapten al producto, con el fin de facilitar la extracción y asegurar su calidad.