Un Blanco gastronómico versátil e interesante, pensado para momentos inolvidables. Cada una de sus botellas encierra la esencia más pura de la Ribera del Duero blanca, llevando consigo nuestra pasión por la excelencia.
100% Albillo Mayor, variedad blanca de la Ribera del Duero
Viñas de más de 40 años
Vendimia manual cajas de 14 Kg.
Maceración pedicular a 8ºC durante mínimo 24 horas.
Prensado y desfangado natural
Fermentación en barricas de roble francés de 500 y 225 litros
Trabajo sobre lías y “batonnage”
Producción limitada.
Consumo entre 6 a 8º
Graduación Alcohólica: 13,5º
Acidez total: 5,5 gr/l
Producción limitada 3.300 botellas
Botella Borgoña
Color amarillo paja pálido. Translúcido, limpio y brillante
Boca compleja, untuosa, sedosa y con un final ligeramente ahumado y tostado con un toque mineral muy elegante. Acidez perfecta, equilibrada, amable.
Un Blanco gastronómico pensado para disfrutarlo pausadamente y que auspicia una gran longevidad.
Solo o acompañando aperitivos como el hummus, guacamole, croquetas, crudites.
Verduras crudas, salteadas, asadas o a la parrilla como escalivadas, woks, musakas, calçots.
Perfecto para arroces y pastas de trigo o arroz: sushi, makis, rolls, rollitos, dim sum y cocinas exóticas ligeras de China, Tailandia, Japón, Perú (nikkei, chifa) o México poco picante.
Pescados crudos, marinados o ahumados y también mariscos: salmón ahumado, arenques, sardinas ahumadas, gambas, langostinos de Sanlúcar.
Embutidos de cerdo sin pimentón (mortadela de Bolonia, bresaola, fuet, salchichas blancas como las de Baviera, butifarra, blanquet o longanizas).
Ideal para Fondues suizas, quesos de pasta blanda y poca maduración (mozarella, brie, torta del Casar, queso da Serra, feta) y también ahumados tanto de cabra como oveja.
La Albillo Mayor tiene personalidad pero es delicada. Su trabajo es exigente pero el resultado final alcanza cotas de excelencia.
Es una uva versátil nacida para la elaboración de vinos de guarda.
Vinos blancos y rosados caracterizados por una frescura y gran intensidad aromática sin ser excesivamente alcohólicos, como sucederá también con los vinos tintos. Los cuales se caracterizarán por su potencial aromático, su gran estructura y complejidad. Además, los buenos equilibrios fenológicos alcanzados en la maduración final permitirán a los enólogos elaborar vinos de guarda que expresarán las principales características de la Ribera del Duero: carnosidad, complejidad aromática y paso largo por boca.
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